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Mueve tu cu-cu

Menuda frase cutre, ¿no? Hay frases que, de tan idiotas, se te quedan clavadas en la mente durante días. Como si fuera un chicle de fresa caducado pegado en el fondo del pupitre de esos antiguos.



Hoy no te quería hablar de mover el cu-cu. Hoy te quería decir que te entiendo y reflexionar sobre algo más importante. Lo sé, hay días que estás sobrepasada. Saturada. Estresada. ¡Días que la V.I.D.A no te da pa´ más! Cuidar, educar, guiar y acompañar a tus hijos mientras tú haces tus cosas, no es fácil.

Imagina esta escena: estás ahí, con tus pequeños corriendo alrededor, el perro ladrando, la lavadora zumbando, el teléfono sonando, y tú, en medio de todo eso, tratando de mantener la cordura. Já. ¡La vida moderna! Parece una carrera a contra-reloj. "Reuniones, llamadas, quéhaceres, comidas, netflix, cigarro, café, muñeco de barro, reuniones, se me quema el estofado, deberes de los niños, paseo al perro, la suegra..." Para. Deja de tratar de cumplir con todas las responsabilidades y expectativas que la sociedad te impone. Nada solo eso. Que te entiendo.

¡Está bien sentirse sobresaturada de vez en cuando! También es normal que en algún momento nos sintamos abrumados por todo lo que tenemos que hacer. Solo eso.



La clave está en aprender a manejar esa sensación y no dejar que nos consuma. Ni que te afecte, ni que les afecte a tus hijos (de rebote).

Mira. Steve Jobs. Sí, el genio detrás de Apple también tuvo sus momentos de sobresaturación. En una entrevista, Jobs habló sobre cómo lidiaba con el estrés, hijos y la presión del trabajo. Él decía que, a pesar de todas las adversidades, siempre encontraba una forma de mantener la calma y seguir adelante.

4 claves, que quizá te vienen bien que te repitan:

  1. Prioriza: A veces tratamos de hacer demasiadas cosas al mismo tiempo y eso solo aumenta nuestro estrés. Identifiquen las tareas más importantes y concéntrense en ellas primero.

  2. Pide ayuda: No tienes que hacerlo todo solo.

  3. Date un respiro: ¡Literalmente! Expirar profundamente reduce las pulsaciones, reduce la ansiedad y ayuda a recuperar la calma (no lo digo yo, lo dicen los epxertos)

  4. Ten citas con tu pareja (o contigo mismo, a solas) No te olvides que para cuidar primero, nos tenemos que cuidar a nosotros mismos. Tu bienestar emocional y físico es prioridad. Ahora, sí. Haz lo que quieras con esta información. ***  Escribo cada día para provocarte y hacerte mejor persona cuidadora. Solo para personas que quieren cuidar las relaciones con sus hijos. Únete ahora: día que no estás dentro, aprendizaje y reflexión que te pierdes.  *Y descárgate el regalo sorpresa


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