¿Recuerdas a la señorita en los capítulos de Heidi? Pelos de punta. Como (ma)padre, es desgarrador darse cuenta de que puede haber caído en el mal hábito de gritar a sus hijos. Ya sea por frustración o por agotamiento, como (ma)padres todos queremos que nuestros hijos crezcan en un entorno que fomente la confianza en sí mismos y el respeto. Aunque es normal que los ánimos se caldeen cuando somos (m)padres, debemos reconocer los efectos a largo plazo de alzar la voz a nuestros hijos. Aquí te cuento como trabajar para romper este ciclo dañino antes de que tus hijos se vean permanentemente afectados por las reacciones negativas de sus p(m)adres.
1. Gritar es una forma de comunicación que se utiliza a menudo en caso de frustración.
Gritar puede parecer una forma fácil y eficaz de comunicarse con los niños cuando la frustración es alta, pero puede tener efectos duraderos y perjudiciales. Gritar a los niños no sólo fomenta un clima negativo en el hogar, sino que también les transmite mensajes poco cariñosos sobre su valía, lo que puede frenar su crecimiento emocional. Es importante que los p(m)adres aprendan métodos sanos de comunicación que impliquen no sólo expresar las necesidades, sino también escuchar activamente, generar confianza y resolver los conflictos con calma. Dar unos pasos atrás en el enfado y encontrar mejores formas de expresar la frustración ayudará a crear relaciones más sólidas entre padres e hijos, a la vez que se fomenta un entorno de respeto y seguridad.
2. Es una forma de intentar recuperar el control cuando sientes que lo estás perdiendo.
A veces, la vida puede parecer una batalla cuesta arriba, con obstáculos y bloqueos que aparecen de la nada. Todo puede empezar a parecer un poco abrumador y es posible que pierdas el control de tu situación. Sin embargo, es importante no caer en la desesperación y encontrar la manera de recuperar el control mediante acciones positivas que se centren en el momento presente. Dedicar tiempo a uno mismo, centrarse en actividades de autocuidado, ejercicios de serenidad como la respiración profunda y buscar apoyo son buenas formas de recuperar el control cuando uno empieza a sentirse abrumado. Estas estrategias te proporcionarán las herramientas necesarias para afrontar la situación y avanzar de forma positiva y proactiva, a la vez que vuelves a tomar las riendas de la situación.
3. Gritar puede ser perjudicial para los niños, tanto emocional como físicamente.
Los gritos pueden tener un impacto significativo en los niños, tanto emocional como físico. Gritar, dar portazos o poner ultimátums puede parecer una forma eficaz de comunicarse, pero sólo transmitirá el mensaje de que la violencia está bien. Esto crea un ambiente en el que los niños se sienten inseguros y más resentidos hacia sus p(m)adres en lugar de sentir confianza y amor. Los gritos también pueden tener efectos físicos perjudiciales para el bienestar del niño. Cuando se les grita, aumenta la tensión arterial y el cortisol -una hormona del estrés-. Esto puede causar problemas de sueño y angustia, ya que el cortisol está asociado a la depresión y la ansiedad. Por tanto, es importante que los p(m)adres sean conscientes de cómo se expresan con sus hijos, ya que los gritos pueden perjudicarles gravemente, no sólo en el presente, sino también a largo plazo.
4. Hay mejores formas de comunicarte con tus hijos, incluso cuando te sientes frustrado.
Ser p(M)adres no es fácil, ( y no hay instrucciones) y cuando las frustraciones aumentan, es aún más difícil comunicarse con los hijos de forma eficaz y respetuosa. Sin embargo, una mejor comunicación puede ayudar a reducir el estrés en todas las partes. En lugar de reaccionar con rabia, intenta ser paciente y formula preguntas para saber por qué se comporta así. Utilice frases no amenazadoras como "parece que hay algo que te preocupa". Responder de esta manera abre el diálogo, que a menudo conduce a una mejor comprensión de los sentimientos del otro. Y si podemos entender los sentimientos del otro, quizá, sólo quizá, podamos llegar a una solución más rápida y segura. Definitivamente una mejor comunicación estrechará los lazos con tus hijos y creará un ambiente mucho más feliz en casa para todos los implicados.
5. Gritar a tus hijos sólo conseguirá que te guarden rencor y te devuelvan los gritos.
Gritar a tus hijos para imponerles normas de comportamiento o castigos puede dañar tu relación con ellos a largo plazo. Al levantarles la voz, les estás enseñando que gritar es una forma adecuada de comunicarse cuando se sienten enfadados o frustrados. Esto no sólo tensará aún más su relación con ellos, sino que también será perjudicial para la forma en que otras personas ven y responden al niño. Los gritos transmiten un mensaje de desaprobación y, de forma inconsciente, de que está bien que las personas que rodean al niño, como compañeros de clase y profesores, le griten a su vez, lo que puede dar lugar a más problemas en el futuro. Si lo que busca es un entorno y una relación positivos, abstente de levantar la voz, porque sólo conseguirá exacerbar el miedo de tus hijos y alejarlos emocionalmente de ti.
Ya lo sabes y no hace falta que te diga que hay innumerables investigación y estudios ( no los voy a nombrar). Quizá ya has llegado tu misma a la conclusión de que gritar a tus hijos no hace más que perjudicar vuestra relación. No les disciplina ni les enseña nada positivo (lo sabes). No existen excusas que lo justifiquen (no se aceptan). Ninguna. Gritar solo hace que tengan miedo y que quieran escucharte menos cuando tienes que levantar la voz. Pierdes autoridad. No eres un buen ejemplo para ellos. O siento si no te gusta. A mi tampoco que grites a un niño. A partir de ahora, vas a intentar un enfoque diferente con tus hijos, basado en el respeto y la comunicación. Por su bien. Por tu bien.. Espero que esto te lleve a una crianza más sana, positiva y productiva, tanto para ti como para tus hijos. *Por último, cosas que te interesan. -Los diarios que más se venden en Amazon según mis alumnos. -Los cuadernos en PDF más Guays del mercado (no lo digo yo, lo dicen las madres) -La Japiletter: quizá la Niusletter más cachonda de un profe de primaria.
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