*Esto va de ti, no de tus hijos
 

Llámame *IDIOTA. 

Pero el 80% de los adultos que llegan aquí, no leen hasta el final de la página.




Te cuento algo, una cosa que no me quita el sueño, pero bueno.


Mira.
Cuando tenía 10 años me sentaba con mi madre para hacer los deberes, escribir dictados y aprenderme de memoria la maldita tabla de 3 columnas en inglés:
sleep - slept - slept.

¿Te acuerdas?

Yo pensaba: "qué prisas y estrés lleva la gente mayor", y mira que mi madre era paciente conmigo.

Hay otros niños que pensarían: ¿por qué me gritan, lanzan zapatillas y se frustran tanto los mayores, cuando estoy aprendiendo algo nuevo?


Ahora, imagínate otra cosa (lo contrario)

Llámame *IDIOTA o soñador, utópico o iluso...

Imagínate por un segundo: un lugar seguro y calmado, donde los niños aprenden a su ritmo. Sin broncas ni normas. Y no solo para hacer "deberes", sino para hacer "quereres". 

Sin obligaciones, solo por gusto: un ratito sin prisas.

(Y me da igual que te tengas cojines de Calma House con floripondios o incienso del Nepal: Nag Champa).

Los expertos dicen que cuando conectas con alguien de verdad, tu cerebro se ilumina, me explico, no como si fuera un gusi-luz, pero algo parecido (las neuronas hacen la fiesta de la sinapsis).


Los niños necesitan sentir esa pertenencia y conexión con quienes les rodean, pero especialmente con sus progenitores, que son sus principales figuras de referencia (o real influencers, si eres más de IG)


Mira, los niños tienen sed y hambre de sentirse vistos, importantes y escuchados (están creando su autoconcepto e identidad), recuerda la fiesta de la sinapsis.

Aunque no te lo digan, no les gusta ver solo media cara de perfil de su padre o madre, mientras están con el móvil viendo cualquier M en el sillón de casa).



Por cierto, si has llegado hasta aquí.
Abajo tienes algo que lo más seguro que te interese.