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Cómo mantener la paciencia y no gritar a tus hijos.

Cómo mantener la calma y no gritarles a los niños


Todos sabemos que gritarles a los niños no es la forma correcta de criarlos. Además todavía tenemos malos recuerdos y pesadillas de cuándo nuestros padres también lo hacían.

Pero, ¿cómo podemos mantener la calma y no gritarles? ¿Cómo se hace para no perpetuar los mismos comportamientos y reacciones que nuestros progenitores tenían con nosotros?


Hay muchas formas de hacerlo, pero lo más importante es tener paciencia con tus hijos.


Ten paciencia.


Sé comprensivo.


Métete en la piel de la criatura.


Ponte en su lugar.


Trata entender su punto de vista.


Suena genial, ¿verdad?


¡JA!


¿Y cómo se hace eso verdaderamente? Sin querer estrangularlos al más estilo Homer Simpson.



(Sigue leyendo, a ver si aclaramos el tema)


Consejos (no solicitados) sobre cómo reaccionar cuando tú hijo se está portando mal


1- Acepta que los niños se van a portar mal


Una cosa es segura.

Y debes aceptarlo.

Los niños se van a portar mal.


Sí o sí.

No hay otra.


¿Te gusta? Lo aceptas


¿No te gusta? Lo aceptas


No porque tengan el gen de portarse mal, estén poseídos por el demonio o lo hagan a propósito. Si no porque son niños, son curiosos, están aprendiendo y les encanta ver donde están los límites.


Como personas cuidadoras, a veces tenemos otros planes y ,normalmente, la expectativa vs realidad dista mucho y no hacen lo que esperamos de ellos. (A eso, los adultos, lo llamamos portarse mal)


Pero, ¿sé portan mal realmente? Quizá, tienen otros planes.


Prefieren jugar con una canica antes que vestirse.

Prefieren mirar una flor antes que caminar rápido para ir a ver a la abuela.

Prefieren jugar con el ketchup, mostaza, aceite y vinagre (y hacer un súper mejunje), antes que comerse la escalopa empanada.

Pie de Foto: me gusta liarla


2. Es importante ser constante en su disciplina, especialmente cuando se trata de reglas y consecuencias lógicas por mala conducta.


Constancia, rutina y disciplina: tres palabras clave que deberías tatuarte en la frente.


Crea rutinas.

Que te vean como ejemplo.

No lo digas y hazlo.


Organízate de tal forma que ya sepan qué es lo próximo que tienen que hacer. O “se supone” qué tiene que hacer.


A los niños les encantan las rutinas, las siguen muy bien y se sienten empoderados porque estimula su autonomía e independencia.




3. NO te lo tomes personal.


Toma distancia y trata de no tomarte el comportamiento de la criatura como algo personal, ya que esto hará que te resulte más difícil mantener la compostura, la calma o paciencia y tú reaccionarás de malas formas.


Ya sabemos el resultado: zapatilla voladora (¿a quién no le han lanzado una zapatillas de pequeños?


Imagen: desmotivaciones.es



Otras claves prácticas a tener en cuenta:

1. Mantén la calma, mantén la calma y mantén la calma.


No lo he repetido por un error de escritura, es fácil olvidarse. Tú eres el adulto y la persona cuidadora. Tú debes ser responsable de tus actos, tú tienes herramientas y no explotar como el volcán de Islandia. Ellos están aprendiendo.



2. Asegúrete de que el niño duerma lo suficiente.


Las tablets, móviles y pantallas los sobreestimulan. Deja de exponerlos a luces y ruidos infinitos. ¡No ayuda!


Qué jueguen, que se cansen, que corran y se aburran.

Dormirán como osos perezosos.



3. Asegúrete de que hagan actividad física y coman saludable.


Es un tema muy trillado, pero los números de obesidad infantil están creciendo en España y no son nada halagüeños.




4. Enséñales a lidiar con sus emociones reconociéndolas e identificándolas.


Eso daría para una tesina. Sin embargo, aquí te dejo herramientas JapiGuay que quizá te interesen.



5. Enséñales a regular su propio comportamiento.




6. Establece límites claros.


Dedica tiempo a poner límites, crea rutinas, buscar ayuda o simplemente copiar sistemas que ya les funcionan a otras personas cuidadoras. No des por hecho que se entienden los límites, debes explicarlo y dar la información de tal forma que quede clara y esté adaptada para un niño de su edad.


A veces es solo cuestión de cómo comunicamos.


Diseña tus propias normas y observa los resultados, Si no funciona vuelve a cambiarlas hasta que encuentres tu manera. No hay fórmulas mágicas ni recetas milagrosas. Lo siento. Y quién te venda lo contrario, cuestionalo.


Deja de pretender que una persona de Camboya te entienda en español por muy bien que le hables.

Lo mismo sucede con los niños. A veces, hablamos distintos idiomas.




Comprender la situación de los niños "con comportamientos disruptivos" y por qué los padres están desesperados por encontrar soluciones.



Los padres de niños con comportamientos disruptivos están desesperados por encontrar una solución a su problema. Quieren saber cuál podría ser la causa y cómo pueden ayudar a su hijo.

Nadie sabe la causa exacta de los comportamientos disruptivos de los niños, pero hay algunas cosas que pueden contribuir, como la genética, el medio ambiente o el trauma.


Normalmente, llaman la atención por alguna razón. El trauma, la herida de nacimiento está en todos nosotros. Ellos se comunican como saben y a veces ese comportamiento "de llamada de atención" es considerado explosivo, disruptivo, agresivo...


La mejor manera de ayudar a estas criaturas es brindándoles un entorno seguro, pedir ayuda en caso necesario (No para el niño, si no para los adultos: ponerse en buenas manos) y comprendiendo qué lo desencadena antes de que la situación se pueda volver más desesperante para los progenitores.


*Nota: Normalmente se va a la consecuencia: el niño se porta mal. Por ende, llevo al niño al psicólogo.

A mi me gusta más ir a la causa, a las raíces (lo que no se ve) y son los adultos los que tenemos que lidiar con nuestros propios traumas primero. Si alguien tiene que hacer terapia, siempre es el adulto. NO el niño






*Por último, cosas que te interesan.


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