¿Qué es una mentalidad positiva y cómo afecta a los niños?
Una cosa está clara.
Muy clara.
Los niños que tienen una mentalidad positiva tienen más probabilidades de tener éxito en la vida. De hecho, es más probable que sean más felices y saludables, tengan mejores relaciones y alcancen lo que se propongan. ¡Eso es así!
No lo digo yo.
Y aunque lo hubiera dicho Eduard Punset, lo dicen el centenar de estudios realizados sobre el tema. La forma en que los niños ven el mundo y el tipo de lentes, gafas o anteojos (depende del país que lo leas, esto es importante) tiene un gran efecto en cómo se sienten acerca de sí mismos y cómo viven sus vidas.
Por lo tanto, las criaturas con mentalidad negativa serán menos felices, saludables o exitosos.
Algunos pasos que toda persona cuidadora debe seguir para fomentar una mentalidad positiva en sus hijos.
Apunte, me gusta más llamarle mentalidad de abundancia.
Si tu padre es cirujano, tienes más probabilidades de ser cirujano que no un chaval que ha visto a su padre descargar camiones, ¡es lo que hay!
Y si tu madre es multimillonaria, tienes más probabilidades de ser multimillonario que no si hubieras nacido en una familia donde no llegan a final de mes. No por el dinero en sí, sino por la mentalidad de abundancia hacía el dinero. (Esto es importante entenderlo).
Entonces, es más probable que los niños tengan una actitud positiva si las personas cuidadoras(madres, padres o madres y padres, o lo que sea)les dan el ejemplo.
Y son el modelo a seguir.
Se puede fomentar una mentalidad positiva siguiendo estos algunos pasos:
1. Sé un buen modelo a seguir. No modelo al estilo Claudia Chifer. Otro tipo de modelo, el que da buen ejemplo.
2. Fomenta los intereses de las criaturas. No los penalices, ni proyectes tus frustraciones ni tus intereses. Ellos tienen los suyos propios (deja tu EGO a un lado).
3. Encuentra el lado positivo de cada situación. ¿vaso medio lleno o medio vacío? Depende de ti. Siempre puedes ver la película: “El lado buenos de las cosas”, creo que está en Netflix.
4. Enséñeles a manejar y gestionar la decepción y el fracaso. Forman parte del proceso, de hecho es la parte más importante y de dónde se puede sacar más jugo al aprendizaje.
Bonus: acuérdate de esta fórmula:
É= F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F+F (El Éxito aparece a partir de las infinitas sumas de Fracasos)
5. Pasa tiempo con ellos. Muchas familias se crian con las Nannys y la mamá y el papá después no entienden de dónde han sacado estos modales. Si tu hijo es tu prioridad. ¡Deja de viajar tanto y pasa tiempo con tu hijo!
Si no lo es: continúa viajando. Está bien, también.
6. Recuérdale a tus hijos que sean agradecidos por lo que tienen. A veces el círculo vicioso nos impregna y hasta nosotros mismos nos olvidamos de lo bien que vivimos y lo afortunados que somos. Tienes un Diario de Gratitud, que siempre funciona.
7. El poder del las palabras, selecciona las más adecuadas. Si los halagas cuando es necesario y les das buen feedback, pueden pasar cosas mágicas. Si dices tacos y maldices en público, no te extrañe que más tarde digan más palabrotas que un hooligan en un campo de fútbol.
¿Cuáles son las mejores maneras de crear una mentalidad positiva en los niños?
La mejor manera de crear una mentalidad positiva en los niños es ofreciéndoles el entorno adecuado. Se da por hecho(pero por si acaso), debes ser amable y simpático con tu hijo.
Y asegúrate de escuchar las necesidades de tus retoños, recuerda ya no estamos en la Época de la Inquisición.
Además, hay algo que es más pegadizo que las canciones y letras de Rosalía, y esto son los pensamientos positivos. Son contagiosos, ¡te lo aseguro!
Y si no me crees, júntate con una persona depresiva durante una semana y después lo discutimos.
¿Cómo enseñarle a su hijo la importancia de la mentalidad de abundancia desde una edad muy temprana?
Algo más importante que "decir" es "hacer".
Ya puedes ir a un médico y que te de mil consejos para estar más saludable, pero si este médico es gordo y fuma, quizá pierde autoridad. Entonces, ¿un buen consejo para dar a los hijos?
No les digas que sean felices, muéstrelo.
Y empieza por ti.
Que te vean, que lo sientan.
Eso es siempre más efectivo.
Después, hay que dejarles ser quienes son. Déjalos explorar el mundo sin tener miedo al fracaso.
Que se caigan y qué se vuelvan a levantar. Recuerda, que tú te has caído 100 veces y te has levantado 101 veces.
Y de hecho, has querido caerte, es necesario experimentar el dolor a la caída.
No intentes evitarlo.
El niño que crece con amor y apoyo siempre tiene más posibilidades de cerrar heridas y de cicatrizarlas más rápido.
Recuerda que tú eres el adulto.
Si siempre te dices a ti mismo que no puedes hacer algo. Imagina que le enseñas a tu criaturas.
Aprende a cambiar tu forma de pensar y trata de vivir una vida más positiva donde las cosas que te asustan no lo hagan. A ver, tampoco tienes que esnifar purpurina y ver unicornios rosados dónde no los hay. Un equilibrio.
Ese es el mejor legado que le puedes hacer. Primero cámbiate a ti mismo y más tarde el niño ya cambiará (en caso necesario) Todos nacemos con la capacidad de ser abundantes. Pero a medida que crecemos, empezamos a creer que no es una tarea fácil.
Ese pensamiento se convierte en un hábito negativo.
Es difícil cambiar ese hábito.
Pero, recuerda:
-Un hábito es una creencia.
-Una creencia es un pensamiento.
-Y un pensamiento se puede cambiar.
*Por último, cosas que te interesan.
-Los diarios que están revolucionando los hogares.
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