Los niños son el futuro de nuestro mundo, pero su salud mental y física está en peligro debido al estrés, la ansiedad y la frustración. Estos sentimientos se acumulan cuando a los niños no se les brinda las oportunidades correctas para expresarse (tanto en la escuela o en su hogar).Para reducir estos sentimientos de frustración en los niños, debemos brindarles un entorno seguro para expresar sus opiniones y ser escuchados sin juicio.
¿Cuáles son las causas fundamentales de la frustración de los niños?
Los niños a menudo se sienten frustrados y enojados. Es posible que no puedan expresar su cabreo, pero todavía está allí. Esta es la razón por la que necesitamos conocer las causas fundamentales de la frustración de los niños para ayudarlos a lidiar con ella.
La principal causa de la frustración de los niños se puede resumir en dos palabras: comunicación y comprensión. Los niños no pueden comunicar sus sentimientos y pensamientos de una manera que tenga sentido para los demás, lo que los lleva a sentirse frustrados o enojados. A la vez, no se sienten comprendidos, de ahí que exploten de distintas formas.
¿Cómo reducir la frustración de los niños antes de que comience?
El primer paso es ayudarlos a entender lo que están sintiendo. El próximo paso es ayudarlos a identificar la causa de su ira y frustración. De esta manera, pueden trabajar sus emociones en un ambiente seguro.
Los padres no deben simplemente decirles a los niños que dejen de estar enojados o frustrados, porque no funciona así. En cambio, los padres deben ser pacientes y estar tranquilos cuando se enfrentan a estas situaciones. También necesitan explicar cómo las acciones del niño afectan a otras personas a su alrededor, (cuáles son las consecuencias de sus actos) y cómo esto les hará sentir en el futuro.
7 maneras de reducir la frustración infantil y ayudar a los niños a mantener la calma
Los padres no deben sentirse culpables por las frustraciones de sus hijos. En cambio, deben alentarlos a hacer lo mejor que puedan y ayudarlos a aprender de sus errores.
1. Disminuir las expectativas
A menudo establecemos expectativas poco realistas para nosotros y nuestros hijos. Esperamos que sean perfectos, pero eso no es posible. Con tiempo y paciencia, podemos aprender nuevas habilidades.
2. Define una rutina clara y razonable...
Identifica la rutina que mejor les vaya a tus hijos y repite las acciones una y otra vez. Las rutinas son importantes para los niños porque les ayudan a sentirse seguros, protegidos y en control. Mantener ciertos hábitos les da independencia y saben lo que viene después. También se sabe qué se puede esperar de ellos y ellos qué pueden esperar de ti. En definitiva, las rutinas ayudan a los niños a aprender sobre el tiempo, les da la oportunidad de comportarse según se espera y pueden aprender a manejar sus emociones
3. Fomentar la elección y la participación
Alentar a los niños a elegir y participar en actividades que disfruten es primordial para permitir explorar sus intereses y encontrar lo que les apasiona. Esto le dará un buen chute de confianza y autoestima.
A menudo se desalienta a los niños a participar en actividades que no disfrutan o en las que no se destacan. Esto puede conducir a una baja autoestima, falta de motivación y una sensación de fracaso. Cuando a los niños se les da la oportunidad de explorar y perseguir nuevos intereses, desarrollarán confianza y se sentirán más empoderados.
Ver las fortaleces y reducir las debilidades es uno de los puntos que hay que tener en cuenta para que se frustren menos.
4. Proporciona comentarios de calidad, cercanos y positivos…
Los niños necesitan saber que son amados y valorados. Necesitan saber que están haciendo un buen trabajo y que están logrando algo. Es por eso que la retroalimentación y el estímulo son tan importantes.
Cuando los niños reciben estímulo, aumenta su autoestima, lo que a su vez los ayuda a tener más éxito en la escuela y más allá.
El estímulo también ayuda a los niños a aprender cómo manejar sus emociones, lo que puede conducir a menos rabietas o arrebatos en casa o en la escuela.
Vigila con el feedback excesivo, puede afectar su autoestima y depender siempre de los comentarios de los progenitores puede ser peligroso. Puede ser un arma de doble filo.
5. Aumentar la exposición a cosas nuevas...
La clave para una vida exitosa es aumentar la exposición a cosas nuevas y esto irremediablemente desembocará en nuevos aprendizajes. Esto ayudará a los niños a desarrollar su creatividad, imaginación, habilidades cognitivas, pensamiento crítico y habilidades sociales.
Hay muchas maneras en que los padres pueden exponer a sus hijos a cosas nuevas. Podrían llevarlos de excursión, presentarles a nuevas personas o incluso enseñarles una nueva afición, habilidad o deporte.
6. Establece un entorno tranquilo con salidas lúdicas o de ocio.
Un lugar seguro con juegos es un espacio físico donde los niños pueden ir a divertirse y liberar su energía. Este ambiente puede ser escogido por los adultos con ayuda de los niños.
Una buena idea podría ser ir de picnic en un entorno agradable donde el niño sea partícipe y proactivo, por ejemplo preparando los sándwiches y / o los postres.
Otra opción podría ser ir de trekking a las afueras de la ciudad /pueblo. Mover el cuerpo y realizar actividad física estimula ciertas hormonas que ayudan a los niños a estar más felices, calmados y concentrados.
7. Haz un seguimiento de cómo responde tu hijo a estas estrategias manteniendo un diario de emociones
Los padres pueden usar un diario para llevar un seguimiento de los cambios de humor y emociones que experimentan sus hijos a las diferentes estrategias que están usando. Esto les ayudará a ver qué funciona y qué no.
Este diario debe usarse con una variedad de estrategias, tales como:
-Asegúrate de que tu hijo duerma bien: los ciclos de sueño son básicos para mantener un nivel de energía alta durante el día.
-Establece límites en el tiempo de pantalla: es importante, dependiendo de la edad, conocer cuándo está bien estar expuesto a smartphones, tablets y televisión y cuando no es el momento.
-Utilizar técnicas de relajación antes de acostarse. Se recomienda que se vayan a la cama un par de horas después de cenar y que no estén expuestos a pantallas justo antes de dormir.
Conclusión
Los padres no deben sentirse culpables por las frustraciones de sus hijos. En cambio, deben alentarlos a hacer lo mejor que puedan y ayudarlos a aprender de sus errores.
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