Hay una pregunta que lleva tiempo rondándome la cabeza.
Y hoy te la quiero desgranar.
Mira, cada día paso un gran número de horas con niños y a veces mi cabeza se parece más a una jaula de monos que a un templo budista donde solo huele a incienso de jazmín.
Seguramente como persona cuidadora que eres, te has hecho esta pregunta: ¿cómo educar para que le pasen cosas buenas a mis hijos/alumnos?. Si no te la has hecho, no pasa nada, no estoy aquí para evangelizar, no soy ejemplo de nada.
Solo estoy aquí para provocarte.
Como padres, madres, abuelos, tutores o docentes, estoy seguro de que en el fondo, queremos lo mejor para nuestros pequeños, y aunque nadie tiene una fórmula mágica, hay ciertos consejos que pueden ayudarte a sentar las bases para que los niños tengan experiencias positivas en la vida.
Mira, he numerado 10 puntos (después de investigar un buen rato), que seguro que te ayudarán en este tema.
Seguramente te ayuden en tu día a día, y probablemente tu hijo tampoco te lo agradezca nunca, es lo que hay.
¿Lo bueno?
-Dormirás más tranquila por la noche
Al turrón.
Las suricatas son muy guapas.
1. El poder de las palabras mágicas: "Por favor" y "gracias" son dos pequeñas palabras que tienen un gran impacto en la vida de los peques. Enseñarles a ser educados y expresar gratitud les abrirá puertas y les ayudará a establecer relaciones positivas con los demás.
2. El juego como herramienta de aprendizaje. Ve a un parque y observa. El aprendizaje no tiene por qué ser aburrido. Seguramente ya no te acuerdas, pero de pequeño te divertías mucho ¡Diviértete con tus hijos mientras aprendéis juntos! Los juegos y las actividades lúdicas no solo fomentan el desarrollo cognitivo y emocional, sino que también fortalecen los lazos familiares. Puedes probar juegos de mesa, actividades al aire libre, o incluso inventar un juego propio.
*Nota importante: que sea una actividad TSM (tiempo sin móviles).
Niño haciendo caras feas y mofándose de todo quisqui.
3. Fomentar la curiosidad y la exploración. Querido adulto, imagino que las horas delante del ordenador y en la oficina han matado tu creatividad, pero observa a los niños: son máquinas para imaginar. Los niños son esponjas que absorben todo lo que hay a su alrededor. Estimula su curiosidad con preguntas abiertas y promueve la exploración del mundo que les rodea. Puedes visitar museos, perderte en la naturaleza, leer juntos libros de aventuras... Recuerda que el conocimiento, está ahí afuera y es un tesoro que les abrirá un mundo lleno de posibilidades.
4. Enseñar el valor del esfuerzo y la perseverancia. Siento que la era del Amazon Prime, del aquí y ahora, se ha apoderado de todos nosotros. Por eso creo que este punto no será fácil de trabajar; sin embargo, la vida no siempre es fácil, y es importante que nuestros hijos aprendan desde pequeños, que el éxito requiere esfuerzo y determinación. Y las cosas buenas se consiguen con el tiempo. Anímalos a fijarse metas, establecer planes de acción y celebrar cada paso que den hacía su logro. Recuérdales que los errores son oportunidades de aprendizaje y que la perseverancia es clave para alcanzar sus sueños.
5. Cultivar habilidades sociales y emocionales. Además del aprendizaje académico, que está muy bien. Es fundamental enseñar a nuestros hijos habilidades sociales y emocionales (y eso no se lo enseñan en la escuela). Fomentar la empatía, la resolución pacífica de conflictos y el trabajo en equipo, es cuestión de invertir horas. Y la escuela está en otra. Esta es tu responsabilidad, te guste o no. Es lo que hay.
Ayúdales a reconocer y expresar sus emociones de manera saludable, brindándoles un espacio seguro para hablar de sus sentimientos. De esta forma, estarán preparados para enfrentar los desafíos de la vida de manera positiva. (Estas herramientas seguramente te ayuden)
6. Modelar comportamientos positivos. Ya sabes que los niños son unos copiones. Tú dices caca y ellos dicen caca. Tú hablas mal de la suegra y ellos lo repiten (vigila tus palabras delante de ellos o la suegra se enterará). Los niños aprenden observando e imitando a sus figuras de referencia y figuras de autoridad. Por lo tanto, es fundamental que nosotros como personas cuidadoras seamos un ejemplo de los comportamientos que deseamos ver en nuestros pequeños. Trata de ser paciente, respetuoso y compasivo en tu interacción con ellos y con los demás. Recuerda que tus acciones hablan más que mil palabras.
7. Establecer rutinas y límites claros. Sé firme con lo que quieres en casa y fuera de ella. Mira, la estructura y los límites proporcionan a los niños un sentido de seguridad y les ayuda a desarrollar habilidades de autodisciplina. Empieza por establecer horarios regulares para las comidas, el sueño, las tareas y el tiempo de juego. Además, comunica de manera clara tus intenciones para que tus hijos entiendan lo que se espera de ellos. Te cueste más o menos ser firme, a la larga es mucho mejor. Hazme caso, esto les permitirá crecer en un ambiente organizado y estable.
Mira a la madre del fondo: está orgullosa de sus peques.
8. Promover la autonomía y la toma de decisiones. A medida que los niños crecen, es importante fomentar su independencia y capacidad para tomar decisiones. Permite que elijan su ropa (dentro de unas opciones), deja que participen en la planificación de actividades familiares y tomen responsabilidad en tareas adecuadas para su edad. Esto les dará confianza en sí mismos y les enseñará a asumir responsabilidades.
9. Celebrar los logros, grandes y pequeños. Tan Importante es reconocer como celebrar los éxitos de tus hijos. Pero mucho más importante es reconocer y celebrar los fallos y errores de tus hijos (ya sean grandes o pequeños). Desde aprender a atarse los zapatos hasta hacer un Bizcocho de Banana Bread. Esto les ayudará a desarrollar una mentalidad de crecimiento y a ver las oportunidades donde los demás ven fracasos.
10. Transmitir amor y apoyo incondicional. Seguro que no te suena raro esto: un niño necesita apego seguro. El mayor de sus deseos es sentir amor y el apoyo incondicional. Es lo que hay, somos animales gregarios y las crías de suricata necesitan tanto a sus madres como los niños, a sus madres y padres.
Todo esto es fundamental para el bienestar emocional de los niños. Asegúrate que sepan que los amas, (no lo des por hecho), sin importar los errores que cometan o los desafíos que enfrenten. Que sepan que estás ahí para ellos, escúchalos, abrázalos y hazles ver que siempre contarán con tu apoyo. Esto les brindará seguridad emocional y les ayudará a enfrentar cualquier obstáculo que se les presente.
En resumen, educar para que le pasen cosas buenas a tus hijos implica cultivar una combinación de valores, habilidades y experiencias enriquecedoras. Obviamente, educar no es un guion donde suceden las cosas que quieres que sucedan. La vida va de otra cosa. Normalmente, la V.I.D.A no te da lo que quieres, te da lo que necesitas, pero eso es otra historia.
Estos puntos son solo un mero intento para asentar unas bases para que a tus hijos le pasen cosas buenas. Recuerda que no hay una fórmula perfecta, quien te diga lo contrario está mintiendo, es un trol o un embustero.
Amén.
Feliz día
Iván Martínez
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Escribo cada día un aprendizaje para madres y padres con hijos.
Día que no estás dentro, aprendizaje y reflexión que te pierdes.
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